Curioso mundo el de los taxistas y su relación con los occidentales.
Norma número 1. No intentes parar un taxi en la calle. Al ver que eres occidental no paran.
Norma número 2. Los taxis que encuentres parados en la calle casi siempre van a negarse a poner el taxímetro. Intentarán negociar un precio desorbitadamente elevado. A mi me ha resultado imposible que se bajaran de la burra. Al final he optado por o bien pagar lo que piden sin rechistar o he desistido y he usado el metro.
Norma número 3. Los taxis que se cogen en las paradas oficiales de aeropuertos o estaciones de trenes, normalmente ponen el taxímetro sin pedírselo. También lo hacen los taxis que te piden los hoteles directamente.
Norma número 4. Si un taxista en medio de la calle te pone el taxímetro sin rechistar, fijo esta trucado y corre como el tren bala. A nosotros nos pasó un día pero como el recorrido era corto pasamos de discutir. Estábamos hablando de una cantidad insignificante de dinero en nuestro caso concreto, pero si es una distancia larga, la diferencia puede ser bestial.
Norma número 5. Un taxi es un medio a explotar al máximo. Es frecuente ver que la cara del que conduce y el de la licencia tienen poco parecido. Mi teoría es que hacen turnos de modo que el taxi trabaje las 24 horas, porque lo mismo te aparece el Chino Juan que su amigo Manolo.
Norma número 6. En dos ocasiones en nuestro viaje contratamos un taxi para todo el día. Primero preguntamos en el hotel a una agencia que había en nuestro hotel y nos pidió 500 yuanes. Salimos a la calle y conseguimos que un taxista nos lo dejara en 300 yuanes. Cuando estábamos a mitad de camino, empezó que si autopista que si aparcamiento que si blablabla nos pidió otros 100 yuanes. Que también pagamos porque 55 euros por todo el día nos permitía hacer lo que en medios públicos no hubiésemos podido.
La segunda vez, el taxista nos pidió 400 yuanes todo incluido. Y la verdad, este chico era muy prudente conduciendo y muy formal a la hora de quedar, mereció la pena quedar con él. Hizo muchos más kilómetros que el primero y terminamos más tarde. Se los ganó. (Inicialmente pidió 500 yuanes pero se bajó a 400 fácilmente). Le pedí precio para llevarnos al aeropuerto al día siguiente y me pidió 50 yuanes, que probablemente fue excesivo, pero teniendo en cuenta que le pedimos quedar a las 7 am, que ve tú a saber de donde venía y entiendo que tiene que cobrar el desplazamiento hasta nuestro hotel etc, le dijimos que sí. Yo tenía intención de darle incluso algo más por la puntualidad y la seriedad, pero en lugar de venir él, nos mandó al amigo. Y sí, cumplió, pero pasé de darle propina al amigo para que no se la diera al majete. Esta aventura fue en Luoyang y tengo su teléfono (13863870020 - no sé si lleva prefijos o algo, pero al llegar a Luoyang seguro alguien te informa) por si a alguien le interesa. El coche era un poco tartana, pero la mayoría lo son.
Norma número 7. La mayoría de los taxis son de gas adaptados. Esto quiere decir que gran parte del maletero está ocupado con la bombona (y que si se paran a repostar, tendréis que bajar del vehículo por peligro de explosiones). Además, debéis contar que todos los taxis llevan en el maletero tremendo cubo, entiendo que para ponerse a lavar el coche en cualquier esquina. Entre la bombona y el cubo queda poco espacio para maletas, así que si tenéis equipaje de tamaño de facturar, encargaos de pedir un 大的出租车.
Norma número 8 y más importante de todas. Aunque hables un poco de chino con el taxista para hacer amigos, lleva siempre las direcciones lo más precisas posibles escritas en chino y no tendrás problemas. En el manual os adjunto un listado de las que llevé yo. Preparé una hoja con direcciones de posible utilización, las recorté y las plastifiqué y siempre las llevaba en la cartera para cuando hiciesen falta. Aunque comenzaba la conversación con el taxista con el típico 师傅， 我们要去... a continuación le enseñaba la tarjetita o le indicaba la dirección en el navegador (en caso de ser una dirección improvisada).
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